La iguana TV
“La victoria de Chávez está cantada de antemano. ¿Qué hará la oposición
ante su segura derrota?... Si opta por la aventura perderá los logros de
los últimos años".
EN EL CASO DEL RESULTADO DE LAS ELECCIONES del próximo 7 de octubre no
hay supuesto negado. Es decir, la victoria de Hugo Chávez en esa jornada
está cantada de antemano. A diferencia de otros procesos electorales en
el país y en el mundo, si algo está claro para todos, encuestadoras,
gente en la calle, analistas, dirigentes políticos, observadores
internacionales; para quienes trabajan informes dirigidos a las
entidades financieras en el mundo, es que Chávez será reelecto.
Tramontar una ventaja como la que Chávez le lleva a Capriles Radonski
sería un milagro, y este carece de esta virtud. Tendría que haber dado
ya algunas demostraciones. Al contrario, a medida que avanza la campaña
el personaje es más opaco y carente de cualidades. Un milagro se amasa
en el tiempo hasta que llega el momento en que se manifiesta. Pero en el
caso de Capriles no hay indicio alguno de que sea hombre milagrero. Al
contrario, es plano, desteñido, romo.
POR OTRA PARTE EL EQUIPO NO LO AYUDA. Lo integra gente inexperta en grandes jornadas electorales o la chatarra puntofijista. Gente a la cual, como lo comentan en privado, no le importa el candidato. Cada quien está por sus conveniencias: sacar votos para mantener abierta la taguara, para seguir viviendo políticamente de la franquicia y tener opción a una diputación, gobernación o alcaldía. Esa gente que rodea a Capriles sabe, porque también lee encuestas, que el candidato no va para el baile. Pero lo chulean. O en el caso de Primero Justicia, su dirigencia sí está clara que está haciendo el negocio del siglo: por ser una candidatura identificada con el partido amarillo Capriles saldrá de las elecciones convertido en primera fuerza opositora, enterrando a lo que queda del puntofijismo.
SI ES CUESTA ARRIBA SUPERAR A CHÁVEZ, igualarlo y llegarle cerca; si en la alianza ya existe tal convicción, reforzada por lo que la gente opina, aparte de las encuestas; si el clima es fatalista ante la victoria de Chávez; si la única esperanza de la oposición es que este no participara por razones de salud, lo cual está descartado como opción porque el hijo de Sabaneta está hecho para desafiar los mayores obstáculos, este escribidor pregunta lo siguiente: ¿Qué harán la oposición, su cúpula, su candidato?
LA RESPUESTA A ESTA PREGUNTA ES CLAVE. ¿Tiene, por ejemplo, la oposición, aparte del plan A, consistente en ganar -supuesto imposible, como queda dicho-, un plan B? ¿Cuál sería ese plan B? ¿Reaccionará democráticamente? Sería lo ideal. Pero para reaccionar de tal forma necesita prepararse, explicarles la situación a sus seguidores y advertir sobre los riesgos que se corren en caso de intentar aventuras.
Otra situación que pudiera darse es que cierto optimismo nuble la mente de los dirigentes y jueguen a la “espontaneidad”. A que cada quien reaccione como le parezca ante una derrota. En este caso los aventureros, que están a la caza de cualquier oportunidad para hacerse sentir, recurrirían a la violencia. El recuerdo del 11-A tiene una atracción singular y hay gente dispuesta a repetir esa historia. Por tal razón, lo que decida hacer la oposición ante lo que luce como una victoria anunciada del chavismo, es determinante. Y lo es, ante todo, para el futuro de la propia oposición. Que si optara por abrevar en la charca de la aventura perderá los logros que ha alcanzado en los últimos años. Este escribidor repite: ¿Qué hará la oposición ante lo que se perfila como su segura derrota?
POR OTRA PARTE EL EQUIPO NO LO AYUDA. Lo integra gente inexperta en grandes jornadas electorales o la chatarra puntofijista. Gente a la cual, como lo comentan en privado, no le importa el candidato. Cada quien está por sus conveniencias: sacar votos para mantener abierta la taguara, para seguir viviendo políticamente de la franquicia y tener opción a una diputación, gobernación o alcaldía. Esa gente que rodea a Capriles sabe, porque también lee encuestas, que el candidato no va para el baile. Pero lo chulean. O en el caso de Primero Justicia, su dirigencia sí está clara que está haciendo el negocio del siglo: por ser una candidatura identificada con el partido amarillo Capriles saldrá de las elecciones convertido en primera fuerza opositora, enterrando a lo que queda del puntofijismo.
SI ES CUESTA ARRIBA SUPERAR A CHÁVEZ, igualarlo y llegarle cerca; si en la alianza ya existe tal convicción, reforzada por lo que la gente opina, aparte de las encuestas; si el clima es fatalista ante la victoria de Chávez; si la única esperanza de la oposición es que este no participara por razones de salud, lo cual está descartado como opción porque el hijo de Sabaneta está hecho para desafiar los mayores obstáculos, este escribidor pregunta lo siguiente: ¿Qué harán la oposición, su cúpula, su candidato?
LA RESPUESTA A ESTA PREGUNTA ES CLAVE. ¿Tiene, por ejemplo, la oposición, aparte del plan A, consistente en ganar -supuesto imposible, como queda dicho-, un plan B? ¿Cuál sería ese plan B? ¿Reaccionará democráticamente? Sería lo ideal. Pero para reaccionar de tal forma necesita prepararse, explicarles la situación a sus seguidores y advertir sobre los riesgos que se corren en caso de intentar aventuras.
Otra situación que pudiera darse es que cierto optimismo nuble la mente de los dirigentes y jueguen a la “espontaneidad”. A que cada quien reaccione como le parezca ante una derrota. En este caso los aventureros, que están a la caza de cualquier oportunidad para hacerse sentir, recurrirían a la violencia. El recuerdo del 11-A tiene una atracción singular y hay gente dispuesta a repetir esa historia. Por tal razón, lo que decida hacer la oposición ante lo que luce como una victoria anunciada del chavismo, es determinante. Y lo es, ante todo, para el futuro de la propia oposición. Que si optara por abrevar en la charca de la aventura perderá los logros que ha alcanzado en los últimos años. Este escribidor repite: ¿Qué hará la oposición ante lo que se perfila como su segura derrota?

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